payasas en Berlín

De profesión payasas

Decía Rajoy «me gustan los catalanes porque hacen cosas». Hay que admitir que tenía razón, los catalanes hacen cosas y las catalanas también.

Este post no es para contaros sobre las historias de la ciudad, sino sobre las gentes de esta ciudad y en concreto  sobre las catalanas de la cooperativa de Vive Berlin, que también hacen cosas. ¿Y qué cosas hacen?
Cosa 1: son guías de Vive Berlin.
Cosa 2: son cooperativistas de Vive Berlin.
Cosa 3: son payasas en Berlín.

Un día se juntaron con otra catalana que también hace cosas y les hizo una entrevista sobre su cosa 3 para la revista online MundoBonito.

DE PROFESIÓN PAYASAS. Entrevista de Anna Taulés.

Se llaman Raquel, Mar y María, y tienen 40, 39 y 37 años respectivamente. Vienen de Barcelona y de Madrid. Su profesión: payasas.

Mar y Raquel se conocieron en 2004, recién llegadas a Berlín, donde residen las tres actualmente. Rotonda Teatro es el proyecto que iniciaron cuando conocieron a María.

Cuando Raquel y Mar se conocieron, Raquel ya había hecho algún número sola. Al ver a Mar supo enseguida que era ella su nueva compañera de escenario. Betty (Mar) y Rosy (Raquel) fueron sus nombres de guerra. Unos años más tarde, ambas fueron a Ibiza a un curso para payasos impartido por Eric De Bont –sí, los payasos también van a la escuela- y allí conocieron a María, que venía del mundo del teatro y nunca había hecho clown (también se usa el nombre en inglés para hablar del arte de los payasos en español).

María no ha podido acudir a la cita, así que Raquel y Mar contestan a la pregunta de «¿cómo nace Rotonda Teatro?» imitando a María; es decir, las payasas se ponen a actuar. Me cuentan que una noche en Ibiza cayó una tormenta y la casa en la que se hospedaban se inundó. A la mañana siguiente, Raquel intentaba salvar con un solo cubo infinidad de goteras que caían del techo, y Mar y María pensaron que eso podía ser un número de clown.

Dicen que el arte imita a la vida, ¿a quién imitáis vosotras?, ¿sois payasas en vuestro día a día?

Yo creo que todo el mundo es payaso en su vida cotidiana, lo que pasa es que una no se da cuenta cuando se tropieza en la parada del autobús. No dice «¡oh, qué payasa soy!». Nosotras estamos más atentas a los accidentes porque forman parte de nuestro trabajo.

Son situaciones cotidianas llevadas al extremo.

No sé si imitas tu persona o algo tuyo muy personal o situaciones muy comunes a la humanidad y por eso funciona, el público que ve a los payasos en escena se reconoce a sí mismo.

Apunta Raquel que a veces a ella le gustaría ser su payasa. Y con un tono de voz algo nostálgico aclara que a veces piensa «¿por qué no puedo ser yo como mi payasa?». Su payasa le gusta más que ella, su payasa está más viva, es más honesta, tiene menos miedos, menos tapujos…

¿Un payaso es una buena persona? ¿Son honestos?

Las dos dicen a la vez que los payasos y payasas son muy inocentes. Son como niños. Hay muchos tipos de payaso, pueden ser traviesos, pero no tienen maldad.

¿Son un ejemplo a seguir?

Sin lugar a dudas. Son sinceros, bondadosos, no tienen maldad, su forma de ver la vida es muy honesta, muy básica.

Betty y Rosy

Habéis contado cómo empezó Mar y cómo empezó María. Raquel, ¿decidiste en algún momento que querías ser payasa o es algo que llegó sin haberlo planeado?

Las dos cosas un poco: llegó sin haberlo planeado y en algún momento lo decidí, pero me lo sigo cuestionando. –Las dos se ríen, parece que ser payasa también es luchar por algo que quieres.

Era la típica en el cole que hacía bromas, que imitaba al profe… siempre hacía cosas cómicas sin saberlo. Y a la que empecé a hacer cosas de animación en la calle, workshops… me di cuenta de que donde me sentía más cómoda era haciendo de payasa. Pero no era algo que siempre hubiese pensado, de hecho de pequeña ni había ido al circo, ni me gustaban los payasos. Fue poco a poco, un día probé el bocadito y me gustó, sin haber tomado una decisión fui tirando. Finalmente tomé la decisión: voy a ser payasa y lo dejo todo. Pero no se ha cumplido. Sí, soy payasa, pero no solo soy payasa, me dedico también a otras cosas.

¿Qué más hacéis además de ser payasas?

Responden con una broma que no trasncribiré. Todo son risas. Me cuentan que son guías turísticas. La respuesta no da mucho más de sí.

Volviendo a lo que interesa, ¿qué es lo que más os gusta de esta profesión?

Muchas cosas. Me gusta convertirme en mi clown –remarca Mar–. Cuando consigo entrar a mi clown, que no siempre lo consigo, y cuando siento que está ahí, y está viva, y no tiene miedo, y es valiente, y es divertida, y es simpática, e igual se enfada… eso me da mucha libertad.

Raquel contesta que lo que más le gusta a ella es el olor que queda en la ropa después de actuar. Volvemos a reir.

Se pone seria: El momento intenso es lo que me gusta, porque la vida no puede ser tan intensa, si fuera tan intensa te morirías de un ataque al corazón, pero por un momento… Eso cuando funciona.

Mar interrumpe: Sí, porque cuando no funciona, te gustaría ser administrativa.

¿Qué sentimientos quiere transmitir un payaso?

Mucha ternura, provocar emoción, la empatía entre el payaso y la gente, estar al mismo nivel con la gente.

No siempre tiene que haber risa entre los payasos.

¿Cómo es vuestro público? ¿Son solo niños?

¡No, hombre! –se molestan un poco– Es de todo tipo.

Quieren dejar claro  el mensaje, incluso se aseguran de que la grabadora esté en marcha:  Hay que romper el mito y la idea que se tiene de que el payaso es para niños. No, el payaso no es solo para niños, de hecho creo que funciona mucho mejor con adultos que con niños, porque el niño es un payaso en sí mismo.

Además, depende de dónde te encuentres tienes un público u otro, el payaso es universal, pero también depende un poco de la cultura del país.

Lo genial es cuando consigues que tu humor llegue a todo el público, que se rían igual en todas partes.

¿Qué payasos son vuestros referentes?

Raquel puntualiza que prefiere a los que buscan la emoción.

Mar declara que su referente es Raquel.

Charlie Rivel, Charles Chaplin, Faemino y Cansado… Ambas aclaran que hay muchos tipos de payasos y que todos son un referente, alguien a quien imitar.

El último descubrimiento de Raquel es una payasa francesa, contemporánea, que se llama Fanny Giraud.

¿Son necesarios los payasos?

Sí, el humor es un antídoto. El humor es imprescindible. Aunque suene a tópico, el humor es una medicina, dicen los expertos que es beneficioso para la salud. Payasos sin fronteras, por ejemplo, no van a cambiar el mundo pero ayudan a evadirse de esa realidad muy a menudo cruda.

Y a parte de la labor, en lo cotidiano, la risa, el humor, es muy importante. Sin eso, estamos muertos.

También vosotras, fuera de vuestra compañía, trabajáis como payasas en los hospitales. ¿Qué es el Clinic Clown?

El Clinic Clown es un payaso que visita a los niños o enfermos que hay en los hospitales; o visita geriátricos, y les trae un poco de frescura. Les entretienes en un momento, quizá solo son 10 minutos, pero intentas que en esos 10 minutos se olviden de que están en un hospital, porque un hospital es un lugar muy hostil.

Y en vuestra vida diaria, ¿qué hacéis?

Se ríen y bromean: Nos pasamos el día tropezando, nos reímos mucho, nos tiramos agua con las flores de mentira, vamos vestidas con cuadros de colores, llevamos zapatos grandes… ¡es de locos!

¿Cómo es la vida cotidiana de un payaso?

Muy cotidiana, creo que la respuesta es mucho más aburrida que la pregunta. La vida de un payaso puede ser la de cualquiera. Se dice que para mucha gente es una filosofía de vida, hay quién intenta llevar la esencia de un payaso –honestidad, inocencia…– a su vida real.

Raquel cuenta la leyenda de Grimaldi, un payaso inglés que vivió entre finales del XVIII y principios del XIX: estaba muy deprimido, así que fue al médico y el médico le recetó que fuese a ver a Grimaldi.

Pero ¿el estilo de vida de un payaso es distinto al de un oficinista?

Por supuesto, el día a día es muy distinto. Un oficinista trabaja de ocho a seis (a seis en el mejor de los casos) y un payaso trabaja cuando puede (se ríen).

¿Cuál es el trabajo del payaso, además de la representación?

Hay un trabajo previo de creación, los ensayos, hay un trabajo de oficina también. Esa es la parte poco agradable de este trabajo.

¿Qué dice la gente cuando les decís que sois payasas?

Normalmente la respuesta es muy positiva, te dicen «¡qué bonito!».

¿Cambiaríais vuestra vida actual por una casa en el Caribe y un trabajo de lunes a viernes?

Si el trabajo es de dos horas al día…

In the Boat from Rotonda Teatro on Vimeo.

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